
Cultura pop, libertad y determinismo en los límites de la Edad Media y la Modernidad: Entrevista con Natalia Strok
by Francisco Iversen
Diciembre 2022 – ¿Es posible hablar sobre Star Wars, Harry Potter, Avatar the last Airbender y al mismo tiempo enseñar Filosofía? ¿Acaso tenemos libre albedrío y decisiones reales? ¿Cuál es el límite entre la Filosofía Medieval y la Moderna? Las respuestas a estas preguntas y tantas más vienen de la mano de Natalia Strok (UBA-UNLP/CONICET). Natalia nos cuenta sobre su investigación acerca de la historia del platonismo y relata su camino por la academia y la docencia.
Sobre Natalia Strok

Natalia Strok es Doctora en filosofía por la Universidad de Buenos Aires y Docente de la cátedra de Historia de la Filosofía Medieval de la UBA y Metafísica de la Universidad Nacional de La Plata. Natalia es también Investigadora adjunta de CONICET con proyecto de investigación sobre Ralph Cudworth y Anne Conway. Entre otras cosas, es la traductora al español del Tratado sobre la eterna e inmutable moralidad de Cudworth (Buenos Aires, 2021).
Entrevista
Francisco Iversen: ¿Cuál es su área actual de investigación? ¿Cómo llegó a ese tema? ¿Por qué le parece importante para los Estudios Medievales o para la Filosofía en general?
Natalia Strok: Actualmente investigo al grupo de los platónicos de Cambridge. Particularmente, a Ralph Cudworth y a Anne Conway. A esto llegué a partir de mi tesis doctoral que estudiaba la recepción de Juan Escoto Eriúgena, filósofo del siglo IX, en la modernidad. El objetivo era ver la vinculación entre el pensamiento eriugeniano y el idealismo alemán. Quedé a mitad de camino para trabajar con historias de la filosofía modernas, las primeras historias de la filosofía, y pude notar que la recepción de Eriúgena en este momento era bastante negativa a diferencia de lo que sucedía con el idealismo. Así, decidí ir un poco más atrás en el tiempo a ver que sucedía allí con Eriúgena. Me llevó a eso la recomendación de un profesor, Gustavo Piemonte, un especialista en Eriúgena muy reconocido, que me sugirió revisar a los platónicos de Cambridge a ver si ellos decían algo sobre Eriúgena. Así, empecé trabajando primero con Henry Moore y posteriormente a Ralph Cudworth.
A Eriúgena no lo encontré, en parte porque en la época de estos autores filósofos no estaba todavía editada la obra eriugeniana. Estaba en proceso y los modernos tendían a trabajar con obras editadas. Eso, por una parte, por otra, tenían otras fuentes más a mano, a Orígenes por ejemplo – había una suerte de revival de la filosofía de Orígenes –. No obstante, yo tengo la teoría de que, en tanto la obra de Eriúgena estaba siendo editada en Cambridge en el mismo momento del apogeo del trabajo de los platónicos de Cambridge, seguramente estaban enterados de lo que opinaba el autor. No hay, igualmente, citas de Eriúgena. Tal vez haya temas eriugenianos pero no es fácil, como historiadora de la filosofía, probarlos en tanto no hay citas. Ahora mismo está por publicarse la edición crítica de Cudworth y tal vez eso nos dé nueva luz al respecto, eventualmente.
Sobre la importancia. Me corrí un poco de la Edad Media porque, aunque el foco estaba en la recepción de un filósofo medieval, en realidad, me estoy avocando más a estudiar un autor y una autora modernos que no son canónicos lo que colabora a repensar la Historia de la Filosofía no desde los supuestos vencedores sino desde los que habrían supuestamente perdido. Por esto también me interesan este tipo de voces que fueron muy criticadas y que se tienden a relacionarse con lo femenino, de manera peyorativa – aunque Cudworth sea, obviamente, hombre –. Sufrieron una suerte de desprecio, que era lo que sufría la filosofía de mujeres. Crítica más proveniente de las filosofías de los siglos XIX y XX que de la época en donde surgen estos pensamientos.
FI: ¿Qué nos puede contar de su experiencia poniendo en diálogo Filosofía y cultura pop? Teniendo en cuenta series, películas, comics, libros, etc: ¿Cuál le parece el terreno más fértil para trabajar en ese sentido?
NS: Bueno, esto es un poco producto de la pandemia, de las cosas buenas de la pandemia. Al estar en el encierro con la familia empecé a encontrar formas de congeniar esa vida familiar, que me gusta, pero era obligatoria, de algún modo, con lo que estaba pensando en el ámbito laboral. De ahí surgió la posibilidad de cruzar a nivel académico a la filosofía y a la ficción o a la cultura pop. Anteriormente también había pasado y esto por insistencia de una estudiante, que habíamos escrito algo sobre Harry Potter y filosofía. Fue descubrir algo que siempre me había acompañado: muchas veces pienso las ideas filosóficas, fundamentalmente los esquemas metafísicos, con algo de la ficción. Es algo personal, algo mío, algo que me ayuda a entusiasmarme con eso que estoy estudiando. Había algún trabajo previo sobre Star Wars, pero desde 2020 lo asumí como parte de mi trabajo como filósofa y como algo que no desmerece mi trabajo en la academia. Que yo haga este tipo de cruces es positivo. Así terminé participando en una obra en inglés y con todos los referatos del caso sobre Avatar the Last Airbender y la Filosofía. Actualmente me abre a querer seguir haciendo este tipo de cosas con la misma seriedad con la que trabajo en mi investigación principal. Considero que es algo que atrae mucho a la juventud y que se puede usar mucho en las clases, quizás de modo más consiente de lo que lo hacía antes. Y me parece un modo de acercar hacia la filosofía a gente que no trabaja en filosofía como tarea principal.
FI: ¿Qué nos puede contar de su experiencia en docencia en las diversas universidades y asignaturas en las que trabaja?
NS: Bueno, doy clases en la UBA (Universidad de Buenos Aires) y en la UNLP (Universidad Nacional de La Plata) y hay diferencias. Lo principal creo que es cierta actitud de les estudiantes ante las clases y les profesores en general. El estudiante tipo de la UBA tiende a ser más soberbio y a alguien que parece creer que ya se sabe todo. En UNLP el estudiante es más bien una persona más tímida o menos segura de sí misma y que hay que acompañar más. En UBA hay que aplacar un poco más hasta que el estudiante note que es como ese Sócrates que no sabe nada más que de su propia ignorancia. Eso en algún punto termina igualándose, es un estereotipo como para dar una imagen general, no quiero decir que esto sea así en todos los casos.
A nivel edilicio, UNLP tiene una Facultad de Ciencias Humanas que es un edificio construido con ese fin. Es un campus nuevo que a mí me queda lejos, pero es un lugar muy lindo. Por otra parte, la UBA tiene una Facultad de Filosofía y Letras con bastantes problemas edilicios y que a pesar de que haya un nuevo edificio lleva su tiempo que se habiliten los nuevos espacios. Esto es llamativo porque le UBA podría distribuir de otro modo sus recursos y apoyar más a Filosofía y Letras. Tal vez tenga que ver con la cantidad de gente, UNLP tiene menos gente y es todo más chico, en la UBA todo es más masivo y multitudinario. Yo, honestamente, me siento parte de la UBA pero es lindo también trabajar con otra perspectiva de estudiante.
FI: Cuéntenos sobre su trabajo sobre los platónicos de Cambridge: ¿Cuál es el corte entre la Filosofía Medieval y la Moderna? ¿Considera acertada esa distinción?
NS: Sobre los platónicos de Cambridge ni en la UBA ni en la Plata se conoce demasiado de ellos. Habría que preguntar a les estudiantes. Anne Conway entró en el programa de estudios de Historia de la Filosofía Moderna de UBA y entonces empieza a tener algo más de difusión. A Ralph Cudworth y a Henry Moore no los conoce nadie. Creo que soy la única que se dedica a esos temas en nuestro país, aunque de vez en cuando se acerca algún estudiante interesado. Para mí es importante porque es ver de otra manera la filosofía de la temprana modernidad que no es sólo Descartes, Locke, Hobbes. Hay otra perspectiva, que tiene un rasgo más teológico, lo que la acerca más a la Edad Media. Otra perspectiva, digo, que no está centrada en el problema del conocimiento como se enseñaba – no sé si habrá cambiado un poco eso –, ese relato sobre la modernidad en la que se deja de lado la oscuridad medieval y empieza a hablarse sólo de ciencia. No me parece que sea tan así, más bien veo continuidad entre la Edad Media y los siglos XVI y XVII en la modernidad. Esto repercute más adelante. Como siempre trabajé la tradición platónica, yo de hecho veo una continuidad absoluta desde la antigüedad hasta la modernidad, no me animo a decir nada sobre lo contemporáneo porque conozco poco pero seguramente también pueda encontrarse continuidad allá. Creo que, sobre todo, se comete cierta injusticia en los cortes con la Edad Media que termina siendo una cantidad de siglos inabarcable en las clases. Ahora por suerte empezó a surgir la posibilidad de que se den materias sobre la tardoantigüedad y el renacimiento para particionar un poco el contenido. Pero la injusticia siempre caía en los hombros de los medievalistas que terminaban corriendo y dando una parte muy pequeña de algo inabarcable. Siempre es un problema el tema de los cortes y las categorías: cómo hacer a nivel pedagógico para dar tanto contenido en tan poco tiempo.
FI: Pero entonces: ¿Distinguir Filosofía Medieval de Filosofía Moderna no cumple otro rol que una división de las materias a la hora de enseñar?
NS: Yo creo que es algo meramente pedagógico. De hecho, se podría pensar de otro modo el plan de estudios y verlo de manera problemática, eliminando el problema histórico. Tal vez tomar temas y verlos transversalmente desde la antigüedad hasta la contemporaneidad y así poner en dialogo a diferentes autores que hablan sobre los mismos temas. No sería muy complicado hacerlo, pero sería otra visión distinta del plan de estudios. Ya considero que con estos parches que se están poniendo para no dar una sola materia que sea Filosofía Medieval y que permiten distinguir subperíodos, ya es un avance. Respecto de la modernidad, siempre es interesante dar voz a muchos autores que quedaban fuera del canon y repensar ese canon. Incluso, se hace más evidente la relación entre Renacimiento y Edad Media en muchos de esos autores recuperados en las clases y antes no canónicos. Si ese es el camino, me parece que está habiendo un cambio.
FI: ¿Qué nos puede contar del Grupo de la Fortuna? En referencia a sus avances en ese sentido: ¿Somos libres o todo está determinado?
NS: La última es claramente la parte más difícil. Sobre el proyecto, en lo personal estoy muy contenta porque estamos estudiando autores poco conocidos y son un hallazgo. Muestran una originalidad que no esperaba. Estoy fascinada con lo que estoy aprendiendo sobre Robert Holcot. También en el caso de Cudworth vemos una propuesta muy interesante y que nos deja pensando. El grupo está trabajando muy bien. Hay una traducción de Cudworth terminada, simplemente falta una revisión y avanzar con la publicación. Veo que en el caso de Holcot se avanzó un montón en un tema del que no se sabe prácticamente nada y que hubo que trabajar desde cero. Esto me entusiasma muchísimo. Creo que tiene futuro en tanto y en cuanto haya otras voces con las que dialogar. Hablando sola me aburro, pero mientras haya dialogo con estudiantes en el grupo se produce algo fantástico.
Sobre la pregunta filosófica, si somos libres o no. Creo que estoy influenciada por mis propios autores. Tengo tendencia a pensar antropocéntricamente, me podrían criticar quienes se dedican a la filosofía de la animalidad. No sabría explicar cómo, pero para mí hay libertad y esa libertad no es solamente la falta de oposición hobbesiana. La libertad tiene que ver con esa capacidad de pensamiento y reflexión que tenemos. Pienso que no está todo determinado, aunque me gusta la idea de pensar que existe cierta justicia universal, no divina, no soy creyente. Pero tal vez tengo cierta esperanza positiva , que no puedo probar, en una justicia universal ilusoria que va construyendo un mundo cada vez menos injusto. Me gusta pensar así a la hora de trabajar, enseñar y criar a mis hijos.